Es posible que huela a verano sin haberte conocido todavía. Que cada palabra mía, se te acerque un poco más en cada carta, antes de precipitarse al vacío en los aeropuertos que no hemos visitado juntos. Es posible que pueda calcular la hora exacta de partida de cada viaje que nos perdimos por no conocernos. Yo desperté cinco noches en Londres, y sin embargo no conozco la calle que acumula tus recuerdos.
Podría detallar un diario de vuelo a partir de ahora. Imaginando que somos el mismo pasajero y que nos emocionamos con cada nube que se ve desde el avión. Siempre escogeremos ventanilla. Y como a mí no me gustan los aterrizajes, te dejo ser la mitad valiente. La que se deja el miedo con las maletas facturadas y disfruta de cada segundo en el cielo.
Pd: A dónde quieres volar primero?
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